
Conforman el muro, en una repetición monótona y constante, rojizos, oscuros: los rectangulares ladrillos. El cielo es liviano y celeste.
Hasta donde el televidente sabe, siempre han estado ahí, sin cortes comerciales. El mismo muro, la misma liebre, la misma gallina y el mismo cielo.
Y siempre ha sido domingo.
1 comment:
La cortiina roja me hizo imaginar el sonido de la conversaciòn
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